sábado, 28 de marzo de 2015

Ensayo: Estructuralismo vs. Generativismo.

De lo concreto a lo universal, la (re)evolución lingüística del siglo XX.

La concepción científica de la lingüística germinada durante el S. XIX dio pie a una gran variedad de escuelas de pensamiento las cuales desarrollarían esas primeras nociones elevándolas a auténticos corpus ideológicos que debido a su amplitud abarcarían diferentes disciplinas y, metodologías de lo más dispares. La evolución del estructuralismo sausseriano y el posterior nacimiento del generativismo, dan testimonio de lo que fue y supuso ese proceso a lo largo del siglo XX.

El estructuralismo tradicional fundado ideológicamente por el ginebrino Ferdinand de Saussure, estableció los primeros conceptos que determinarían y tendrían una influencia crucial en los estudios lingüísticos que se realizaran después de la publicación de su Curso de Lingüística General publicado en el 1916. En primer lugar hay que destacar que el ámbito de estudio del estructuralismo es concreto, se circunscribe a la lengua, ese conjunto de signos lingüísticos, en lugar del lenguaje, la capacidad de expresión, al considerarlo un campo demasiado amplio. Posteriormente a esos elementos de la lengua les daría una estructura, compuesta por el significante, la imagen acústica mental que nos lleva al significado, su otra unidad, concepto representativo de la realidad. El criterio que une los signos lingüísticos será la oposición y diferenciación que hay entre ellos. El legado del estructuralismo se hace patente en la consecuente evolución de la fonética, la fonología y la creación de la disciplina de la semiología que se encargaría de estudiar esos elementos de la lengua llamados signos lingüísticos.

El impacto del estructuralismo llegó a cruzar el atlántico para finalmente llegar a tener una derivación ideológica formulada por antropólogos americanos entre los cuáles destaca Leonard Bloomfield, y su obra Language, publicada en el 1933, la cual daba un aspecto esencialmente conductista de la lengua rechazando todo aquello que no fuera observable. Esta teoría gobernaría el pensamiento lingüístico estadounidense hasta la aparición del generativismo chomskiano que surgiría como reacción a lo que para los generativistas había sido hasta entonces una visión excesivamente superficial de la lengua. 

Noam Chomsky revolucionaría el estudio de la lingüística con su Syntactic Structures en el 1957, la búsqueda de los principios gramaticales universales, sería una fuerte ruptura respecto tanto con sus compatriotas estructuralistas y como con los europeos, ya que pondría el acento en el lenguaje, y no en la lengua como se había hecho hasta aquel entonces. El lenguaje nunca volvería a ser visto como un campo basto imposible de aprehender, por el contrario, se estudiarían los principios a partir de los cuales habían surgido todas las lenguas, las esencias lingüísticas que darían cabida a esas infinitas posibilidades combinatorias que permite el lenguaje. El generativismo ahonda en las vísceras sintácticas del “nuestra capacidad de expresión”, para identificar sus diferentes capas constitutivas, de ahí que tenga en cuenta, como un arqueólogo, la profundidad gramática de cualquier elaboración sintáctica, prestando atención desde su superficie hasta el “suelo” más cercano al “centro terráqueo” esto es, el núcleo sintáctico, el cual se postula como una unidad última en la estructura lingüístico. Asimismo, se perdería el aspecto “concreto” de la lengua estructuralista por el “universal” del lenguaje generativista, Chomsky atribuirá al lenguaje una “gramática universal” innata en el ser humano, en la cuál no sólo estudiaría el proceso de aprendizaje y adquisición de la lengua a partir de esa base común, sino que también abstraería sus principios básicos. 

A pesar de que, como ya hemos mencionado anteriormente, hay una ruptura notable entre generativismo y estructuralismo, lo cierto es que sí encontramos cierta evolución en algunos conceptos, por lo que sería aceptable interpretarlo como una “continuidad”: en el caso de las nociones de competencia lingüística, entendida como el conocimiento relacionado con el sistema lingüístico, y la actuación lingüística, formulada como la conducta o producto lingüístico de un hablante concreto, comparten un fuerte paralelismo con los conceptos de lengua y habla sausserianos, pero modernizados y ampliados en su significado. Igualmente, Chomsky lleva a un paso más allá la importancia de la psique del hablante, poniendo de relieve el “proceso cognitivo” que supone el aprendizaje de una lengua, en detrimento del “orden” de la misma que habían considerado sus predecesores lingüistas: las principales cuestiones del generativismo se centran en qué es lo que constituye el lenguaje, como se adquiere dicho conocimiento, y la manera en la cual se usa el mismo, es en la segunda cuestión donde encontramos ese psicologismo el cual llevará a esta disciplina a estar fuertemente ligada con el psicologismo cognitivo. 

El generativismo, como ya hemos explicado, supone una teoría mucho más globalizadora que el estructuralismo, en tanto que no tan sólo evoluciona conceptos propios de Saussure, sino que innova en el campo de la lingüística al poner de relieve aspectos en los cuales antes no se había puesto el foco, como es la profundidad del lenguaje, la descripción y abstracción de los “universales” , el aspecto psicológico que implica el uso del lenguaje más allá de meras “imágenes mentales” y, que bajo toda lengua subyace unos mecanismos esenciales de funcionamiento siendo sus únicas diferencias la fonología, fonética y léxico.

En conclusión, es por todas las razones expuestas que nuestro grupo de trabajo apuesta por el generativismo como una visión mucho más completa de toda la complejidad que implica la disciplina de la lingüística. Las exigencias para con una visión del lenguaje se quedan más satisfechas con la visión chomskiana al destacar el concepto universal que supone la capacidad de expresión del ser humano, lo cual deja muy apartado las posibles visiones relativistas, a menudo muy etnocéntricas. El universalismo y psicologismo generativista los consideramos conceptos atemporales de la lingüística los cuales difícilmente podrían ser desfasados por subsiguientes teorías, y es por ello que consideramos esta teoría una superación de las ideas que la han precedido. Sin embargo, no menoscabamos todo el trabajo de Ferdinand de Saussure, ya que es evidente que sin sus investigaciones académicas no habría tenido cabida el generativismo tal y como lo conocemos. 

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